
Organización ecológica del ambiente
Dios organizó el medio ambiente para que todos podamos vivir con alegría, entre los seres humanos y también con la naturaleza que él nos creó para disfrutar.
El ambiente actual se encuentra contaminado, pero cuando salió de la mano del Creador, era perfecto, bello, con una finalidad y en equilibrio, demostrando el carácter de Dios:
“La superficie presentaba un aspecto multiforme, con montañas, colinas y llanuras, entrelazadas con magníficos ríos y bellos lagos. Pero las colinas y las montañas no eran abruptas y escarpadas (…) No había repugnantes pantanos ni desiertos estériles. Agraciados arbustos y delicadas flores saludaban la vista por dondequiera. Las alturas estaban coronadas con árboles aún más imponentes que los que existen ahora. El aire, limpio de impuros miasmas, era claro y saludable.” (Patriarcas y Profetas online).
Para que la vida tenga sustento, es fundamental la interrelación de elementos denominados factores abióticos, como: aire, agua, temperatura, humedad, suelo, minerales, es decir elementos que conforman el ambiente y favorecen con su equilibrio, la continuidad de la vida y los seres vivos, que tienen la función de preservar, multiplicar y acompañar la obra recreadora de Dios, y al dar continuidad a la vida, éstos son los factores bióticos. Así el ambiente, se manifiesta en distintos niveles de organización, desde lo más sencillo, hasta lo más complejo y extensivo:
Como en el principio, en la creación, el ser humano ha sido llamado a cuidar del ambiente para mostrar, aún en forma deficiente, la maravillosa creación, su sentido, orden y organización, para que en todo contexto haya equilibrio.
“Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre”. (Génesis 2:19 online).
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