
Reproducción asexual: Leyes claras y precisas
“Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo” (Romanos 11:17).
El texto de inicio, nos da pie para indagar sobre las distintas maneras en las cuales, algunos seres vivos dan continuidad a sus especies: la reproducción asexual. En el diseño inteligente de la creación, podemos distinguir a un Dios creativo, que gusta de la variedad, pero también de las leyes claras y precisas, que demuestran este proceso vital, constante y cíclico.
¿Qué es la reproducción asexual?
Es la reproducción, en la cual los seres vivos dan continuidad a su especie, sin la intervención de los órganos sexuales, por lo tanto, no hay presencia de células sexuales, sólo es necesaria la presencia de un progenitor. Es importante aclarar que puede ocurrir en microorganismos, en plantas y en animales.
¿Cómo se produce la reproducción asexual?
Existen varias formas de reproducción asexual, las clasificaremos en:
Así como en el versículo inicial nos muestra que podemos ser injertados como un olivo silvestre para cambiar nuestra naturaleza, Dios usa las distintas formas de reproducción para mostrarnos que somos su hechura, y toda forma de vida depende de su mano.
“…Tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime” (Ezequiel 17:22).
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